EL BOSON DE HIGGS O LA PARTÍCULA DE DIOS

       EL BOSON DE HIGGS O LA PARTÍCULA DE DIOS

¿Cómo arribamos al Higgs? ¿Cuáles pasos nos impulsaron hacia la

intricada y costosa búsqueda de este diminuto elemento? De hecho,

¿cómo es que sabemos que millones de neutrinos nos atraviesan

cada segundo?, ¿cómo nos enteramos de su etérea masa, de sus

diferentes tipos? ¿Por qué?

Homo sapiens sapiens es una especie curiosa. De hecho, es lo que

hace un niño de forma natural: ‘curiosea’; toca, huele, prueba, busca,

pregunta, destruye. Algunos juguetes en la infancia de mi hijo no du-

raron mucho tiempo intactos pues él quería saber cómo funcionaban.

Venimos predispuestos a aprender, a desear resolver cosas, a conocer,

a buscar información y a continuar aunque fallemos. Somos adictos a

saber, a conocer información seria o los chismes del barrio, no impor-

ta. Nos gustan los dilemas porque nos dan espacio para resolverlos.

Por eso llegamos hasta el átomo y descubrimos que todo esta-

ba hecho de ellos. Pensamos que los átomos eran indivisibles,

las partes más básicas de la materia pero no era así, dentro de

ellos encontramos más partículas, electrón, protón y neutrón;

pensamos que quizá ellas era indivisibles y acertamos con una,

pues el electrón parece inquebrantable. Pero los neutrones y

los protones tenían quarks dentro y de dos tipos distintos. Más

tarde encontraron seis de ellos, partículas que también parecen

ser fundamentales.

La ciencia no se detiene porque la curiosidad del ser humano es infini-

ta. Durante una de las entrevistas este mes con el físico de partículas

de MIT, Christoph Paus, me explicaba que la opción más aburrida de

todo el descubrimiento sería que los datos acerquen más la partícula

Bosón de Higgs

al Higgs del modelo estándar.

Él espera que sea otra cosa, que se trate de una partícula nueva, a

lo mejor otro tipo de Higgs (hay cinco en la Supersimetría) que los

regrese al pizarrón en blanco y los dispare en una nueva aventura de

aprendizaje. Por supuesto, que sea el Higgs del modelo estándar es

todo un acontecimiento pero, como dice Paus, ya eso está aprendido.

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El humano es curioso y continuará construyendo máquinas más y

más grandes para responder preguntas extraordinarias como la mis-

ma que desea indicar el Higgs. ¿Cómo se formó todo el Cosmos?,

¿cuáles son sus ingredientes y cuál es la interacción entre ellos?, ¿qué

conforma el tejido del universo?

Ciertamente, aún nos quedan algunos dilemas por resolver y si esta

nueva partícula parecida al Higgs representa otra teoría, como la su-

persimetría, posibilidades excepcionales serán planteadas de nuevo.

Es realmente apasionante.

Este mes también tuve el placer de conocer y hablar con el doctor

Emir Macari, de Sacramento, California, quien junto a un equipo de

ingenieros y profesionales en energía renovable, se han encargado de

instalar la red eléctrica inteligente en la ciudad. Todas las viviendas

tienen contadores inteligentes, han integrado sensores a las líneas y

él nos dice que en dos años más será la primera ciudad en el mundo

con esta red generando toda la energía. Macari nos explicó los inmen-

sos beneficios que eso significa, no sólo para el cansado usuario, sino

para el agotado sector y el contaminado planeta, una cadena que ne-

cesitamos restaurar. El doctor fue invitado por el Centro Franklin de la

Embajada Americana y visitó universidades donde espera impulsar el

convenio para otorgar becas a estudiantes para que vayan a examinar

el sistema, aprender sobre él y poner la información en práctica.

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Nota: Higgs recibió el premio nobel de Física de 2014 

Glenys Álvarez

 Universidad Fordham

traducción: Carlos Rodríguez G.