La rápida diseminación de cepas de bacterias patógenas resistentes a
múltiples antibióticos plantea la necesidad de buscar alternativas terapéuticas
distintas de estos fármacos. La terapia antibacteriana basada en fagos posee
una serie de ventajas comparada con los antibióticos. En este tema analizamos
las diversas consideraciones a tener en cuenta para lograr instaurar este tipo
de terapia fuera de los países en los que su uso es tradicional
Los bacteriófagos, comúnmente
llamados fagos, podrían considerarse los principales enemigos naturales de las
bacterias. Han evolucionado junto con ellas para poblar todos los ambientes,
desarrollando en esta evolución una especificidad tremendamente elevada
por la especie, e incluso la cepa bacteriana que infect Teniendo esto en
cuenta, no es de extrañar que los fagos fueran, prácticamente desde su
descubrimiento y aislamiento, objetivo de estudio como agentes terapéuticos
ideales para combatir las enfermedades bacterianas. El primer uso de un
bacteriófago como terapia fue en 1917 para tratar la disentería bacteriana. El
éxito obtenido llevó a la creación de diversas compañías y laboratorios
comerciales en Estados Unidos, Francia y Alemania, que producían preparaciones
de fagos a partir de cultivos lisados y estériles de la bacteria . La
terapia con fagos tuvo un uso extensivo hasta los años 30, aunque tras
Mundial este uso comenzó a disminuir en favor de los recién descubiertos
antibióticos de amplio espectro.
No cabe duda del impacto que ha tenido para la sociedad el uso de los
antibióticos. Gracias a ellos, han podido combatirse epidemias y enfermedades
que hasta entonces eran graves e incluso mortales. Los antibióticos han sido
uno de los principales artífices del aumento de la esperanza de vida en los
países civilizados. Sin embargo, esta bondad de los antibióticos ha traído
consigo lo que podría llamarse una “cultura del antibiótico”. Por poner
un ejemplo, en los hospitales de Estados Unidos se administran
diariamente 190 millones de dosis de antibióticos. Fuera de los hospitales, se
prescriben 133 millones de tratamientos con antibióticos cada año, pero se
estima que más del 50% de estas prescripciones no son necesarias.Este uso erróneo y
excesivo de los antibióticos, junto con algunas prácticas inadecuadas del
control de las infecciones, supone una tremenda presión selectiva en las
bacterias, que favorece a aquellas que gozan de mecanismos naturales de defensa
contra los antibióticos. Como consecuencia, se estima que alrededor del 70% de
las bacterias que causan infecciones en los hospitales son resistentes a al
menos uno de los antibióticos más comunes. Algunos de estos microorganismos han
llegado a hacerse resistentes a todos los antibióticos aprobados y sólo pueden
combatirse con fármacos experimentales o potencialmente tóxicos para el
paciente
.
El problema de la resistencia bacteriana a los antibióticos puede encararse
desde diversas perspectivas, desde la educación de la población y de los
médicos para implantar un uso correcto de los antibióticos, hasta la
búsqueda de alternativas terapéuticas a estos compuestos. Los fagos pertenecen a este último frente
de batalla contra las infecciones.
¿Qué hace a los fagos tan idóneos para este uso? La primera ventaja evidente es
su especificidad. Al contrario que los antibióticos, que son de amplio
espectro, los fagos están evolutivamente eleccionados para infectar una
una sola
especie bacteriana. En muchos casos, esta especificidad se reduce a una cepa
concreta. Este es el secreto de la ausencia de efectos secundarios en los
estudios realizados con fagos como terapia. Los fagos son ecológicamente
seguros, ya que son incapaces de infectar las células y tejidos de los
pacientes. El hecho de que sean virus hace que su población se autorregule: si
hay bacterias que infectar, los fagos se multiplican; cuando se acaban las
bacterias, se acaban los fagos. Este punto implica que las dosis de fago a
suministrar son tremendamente pequeñas en comparación con las dosis de
antibióticos que se prescriben. Además, los antibióticos son eliminados del
cuerpo de forma natural, por lo que su utilización requiere normalmente la
administración de dosis regulares. Por el contrario, con los fagos suele bastar
una dosis inicial que provoque el inicio de la infección a las bacterias.
Finalmente, su producción es sencilla y barata.
Condicionantes prácticos para el uso de fagos como terapia.
El principal condicionante que se presenta a la hora de considerar la
terapia con fagos es la necesidad de conocer con anterioridad la cepa
bacteriana que hay que tratar. Esto implica normalmente el aislamiento y
caracterización de la misma, junto con la selección del fago que la infecta a
partir de colecciones de fagos previamente caracterizadas. Es decir, se
necesita hacer un test previo in vitro y la colección de fagos debe ser lo
suficientemente buena como para asegurar que se cubre el espectro de patógenos
conocidos. Los fagos aislados de esta forma tienen que ser exclusivamente
líticos en su propagación y se deben tomar las medidas necesarias para excluir
la posible propagación de genes virulentos en ciclos lisogénicos.
En el mejor escenario posible, el fago escogido debe ser secuenciado para
asegurar que no incluye genes para toxinas o genes que revelen una integración
no deseada de su ADN en el genoma bacteriano.
Aunque la resistencia bacteriana a la infección por fagos es mucho menor que la
que se produce contra los antibióticos, no cabe duda de que existe y de que
debe minimizarse este riesgo. Como prevención, se recurre a mezclas o cócteles
de fagos, haciendo virtualmente imposible que la bacteria mute sus receptores
para hacerlos resistentes a toda la población que compone el cóctel. Por tanto,
otro de los requerimientos para una buena terapia basada en fagos es la
construcción de una mezcla adecuada.
La terapia con fagos en humanos
La producción de fagos para terapia tuvo cierta continuación a pequeña escala
en Europa Occidental y en los Estados Unidos a lo largo de los años 50 y 60.
Estos fagos se utilizaban fundamentalmente para tratar infecciones cutáneas,
septicemias, osteomielitis, heridas, e infecciones del tracto urinario entre
otras.
Un ejemplo de este uso es el lisado de fagos de estafilococo (SPL, del
inglés Staphylococcal phage lysate). Los ensayos de seguridad se completaron en
1959 y el SPL fue licenciado para su uso en humanos. El SPL fue suministrado en los siguientes años en diversas vías: aerosol, cutánea, tópica, oral, subcutánea e incluso intravenosa. Un ensayo clínico de la eficacia de este lisado, realizado en 607 pacientes que no
respondieron al tratamiento con antibióticos,
mostró que el 80% se recuperó, el 18% mejoró y un 2% no sufrió cambios. En
ningún caso se observaron efectos adversos.
La presión regulatoria provocó la suspensión de este tipo de terapia en casi
todo el mundo excepto en la antigua Unión Soviética. En esta región, la terapia
con fagos se ha utilizado para tratar un enorme número de infecciones, por
parte de profesionales de diversas especialidades médicas. Siempre en este
entorno sociopolítico, fueron realizados innumerables ensayos preclínicos y
clínicos, con la consiguiente generación de literatura científica
especializada. Sin embargo, los estándares soviéticos para ensayos clínicos no
cumplían los requisitos de otros países. Este hecho, unido a que la literatura
científica soviética (fundamentalmente publicada en ruso o georgiano) a menudo
no estaba disponible para el resto del mundo, provocó la desconfianza y
reticencia de la comunidad médica internacional hacia este tipo de terapia.
Muy recientemente se han reiniciado algunos experimentos a pequeña escala que
implican a países europeos, que incluyen análisis de estabilidad,
pirogenicidad, esterilidad y citotoxicidad. En 2009 una compañía inglesa
realizó un ensayo clínico para tratar la otitis crónica mediante terapia con
fagos. Este ensayo produjo resultados interesantes: la eliminación de los fagos
de forma natural cuando las bacterias fueron eliminadas, la baja dosis empleada
(2,4 ng en un dosis) y la duración de los efectos de esta única dosis (varias
semanas). Algunos de los casos previamente no tratables se curaron
completamente.
Científicos de Gran Bretaña, aislaron un fago que ataca Clostridium
difficile.Causante principal de infecciones que por su gravedad, terminan en
los hospitales.:La terapia con antibióticos es cada vez mas frustrante porque la
bacteria se vuelve cada vez mas resistente y los antibióticos son menos efectivos.
En un estudio del Instituto de
Investigación Alimentaria, del Reino Unido, se pudo concluir, que la aplicación
con inyecciones de fagos, reducen considerablemente la infección, un caso
similar , se observa con Salonella enteritidis en aves.
Conclusiones
.Los fagos podrían jugar un papel importante en el tratamiento de infecciones
bacterianas en seres humanos, animales de interés agropecuario y
cultivos. La experiencia seguida en varios países hasta mediados del siglo XX,
junto con el conocimiento acumulado en la antigua Unión Soviética hasta la
actualidad, parecen refrendar su utilidad como agentes terapéuticos específicos
y seguros.
Sin embargo, a día de hoy, su uso choca con la regulación actual, que considera
a los fagos en el mismo grupo de agentes terapéuticos que los antibióticos. En
este sentido, se argumenta que una solución sería el cambio de regulación de
los fagos de “fármacos” a “preparados biológicos”. En cualquier caso, el mayor
reto para la expansión de la terapia con fagos pasa por la realización de
ensayos clínicos a gran escala de acuerdo con las principales agencias reguladoras
europeas y estadounidenses
Si, la terapia con fagos, es tan efectiva, que pueda sustituir a los antibióticos seria posible tratar enfermedades como Colibacilosis, Salmonella enteritidis, etc. que ahora esta prohibido su tratamiento con antibióticos en La Unión Europea y Los Estados Unidos . Depende mucho de revisar la literatura Soviética, no descalificarla sólo, porque está escrita en ruso y georgiano, recodemos que la Unión Soviética, fue pionera en la conquista del espacio.
Utilización de bacteriófagos para el control biológico de Salmonella enteritidis en aves
Publicado 18 septiembre 2012
Lim TH, Kim MS, Lee DH, Lee YN, Park JK, Youn HN, Lee HJ, Yang SY, Cho YW, Lee JB, Park SY, Choi IS, Song CS.
Este estudio evaluó la eficacia del uso de un bacteriófago (ΦCJ07) adicionado a la alimentación para reducir la colonización por Salmonella Enteritidis (SE) y su transmisión horizontal entre broilers, así como la excreción al medio ambiente. Para ello, pollitos de un día que habían sido infectados experimentalmente con 5 x 107 unidades formadoras de colonias (ufc) de SE se colocaron junto a pollitos que se trataron durante 21 días con tres concentraciones diferentes (105, 107 y 109 unidades formadoras de placa (ufp)/g) del bacteriófago. Se cuantificó la presencia de Salmonella en el intestino y se examinó el nivel de contaminación ambiental 1, 2 y 3 semanas
después del desafío. Todos los tratamientos redujeron la colonización intestinal de SE en pollos desafiados y en los tratados con el bacteriófago y redujeron el nivel de contaminación del medio ambiente, pero las reducciones producidas por los tratamientos a concentraciones de 107 y 109 ufp/g de bacteriófagos fueron significativas (P <0,05) en comparación con los controles no tratados. Además, en el 70% de los pollos tratados con 109 ufp/g de bacteriófago no se detectó Salmonella intestinal 3 semanas después del tratamiento, lo que sugería que la terapia con bacteriófagos impedía de manera significativa la transmisión horizontal de SE. Estos resultados proporcionan importantes conocimientos sobre posibles estrategias de prevención y control contra la infección por SE en aves de corral e indican que el uso de bacteriófagos podría reducir la incidencia de intoxicación alimentaria por Salmonella.
AISLAMIENTO DE FAGOSY
TRATAMIENTO DE COLIBACILOSIS EN AVES
El aislamiento de los fagos, es muy sencillo, se consigue
una muestra de agua sin tratar en una planta de tratamiento de aguas
residuales.
Centrifugamos o filtramos hasta aclarar la muestra, se
filtra por una membrana 0.4 micras y en condiciones de esterilidad, con una
membrana 0.22micras.
Preparamos en cajas petri, agar verde brillante e inoculamos
cada caja cubriendo toda la superficie, con un cultivo de Escherichia coli.
Colocamos varias gotas
de filtrado en la superficie del cultivo, se incuba por 18 a 24 horas a temperatura de incubación.
Al termino hacemos una lectura a tras luz, buscando las
áreas de inhibición, que son los fagos que aislamos.
Se puede tomar un cultivo de Escherichia coli en caldo y
agregar el líquido filtrado, a las 24 horas se verá que tenemos un precipitado
que contiene las bacterias lisadas y el resto del caldo se ve transparente,
éste líquido contiene los fagos..
Podemos usar un coctel de fagos para aplicarlo por aspersión
a aves que tienen colibacilosis, el procedimiento para la aspersión es similar
al que se usa, cuando aplicamos la vacuna de Newcastle, lo que buscamos es que
los fagos lleguen directamente a los sacos aéreos donde esta la infección.
Una aspersión es suficiente, debemos esperar, de 3 s 5 días,
para ver los resultados
En el caso de Salmonella, los resultados no son efectivos
porque la Salmonella
se aloja en los Macrófagos y burla la presencia de antibióticos y fagos
Fuente: Research in Veterinary Science, Available online 15 July 2012.
Reseach for Veterinary Science.
Bacteriofages as potential new therapeutics to replace o suplemente
antibiotics